Anciana abre carta de amor de más de 200 años de antigüedad

CIUDAD DE MÉXICO.- En las familias muchas veces se comparten objetos de generación en generación, desde espejos, cepillos o libros hasta cartas románticas.  Recientemente se dio a conocer que Ann Eaton, una florista jubiladaresidente de la ciudad británica de Burton-on-Trent abrió un rompecabezas de papel de la época georgiana, que contenía en su interior una emotiva carta de amor. Para su sorpresa, el … Leer más

CIUDAD DE MÉXICO.- En las familias muchas veces se comparten objetos de generación en generación, desde espejos, cepillos o libros hasta cartas románticas. 

Recientemente se dio a conocer que Ann Eaton, una florista jubiladaresidente de la ciudad británica de Burton-on-Trent abrió un rompecabezas de papel de la época georgiana, que contenía en su interior una emotiva carta de amor.

Para su sorpresa, el texto que fue dado por su difunda madre, fue escrito hace más de dos siglos, en 1782. Al parecer, desde su creación permaneció sin abrir.

"Lo guardaba en mi joyero y lo miraba de vez en cuando, pero nunca me atrevía a abrirlo. Es muy frágil. No estoy segura de que sea una reliquia familiar, pero creo que a mi madre se lo dio su hermano mayor hace muchos años", dijo Ann, citada por medios británicos. 

La mujer de 73 años planea vender el antiguo objeto en una subasta.  

Según información revelada, este tipo de sobres artísticos, creados de manera similar al arte japonés delorigami, fueron populares en el siglo XVIII y se utilizaban -por lo general- para escribir mensajes de amor y propuestas de matrimonio. 

En muchos casos las palabras estaban acompañadas de poemas y dibujos. 

El texto que encontró Eaton dice lo siguiente:

"Querido amor, este corazón que contemplas se romperá en cuanto abras esta hoja, igual que mi corazón lleno de mal de amor está gravemente herido y roto en dos. No conoceré la paz hasta que nuestros corazones se unan".

Se desconoce quién era el enamorado. Tampoco se sabe el nombre de su amada; lo que sí es cierto es que el destino no quiso que ella leyera la carta.  

Imagen Zacatecas – Excélsior




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