Democracia a la mexicana

Hace un par de meses escribía sobre la posibilidad de tener un proceso electoral diferente, en donde la última reforma política prometía ir cambiando las condiciones democráticas de nuestro país. Hoy creo que ya podemos hacer un balance sobre aquellas esperanzas y la realidad que todavía nos mantiene con una fuerte resaca, tanto para los … Leer más

Hace un par de meses escribía sobre la posibilidad de tener un proceso electoral diferente, en donde la última reforma política prometía ir cambiando las condiciones democráticas de nuestro país. Hoy creo que ya podemos hacer un balance sobre aquellas esperanzas y la realidad que todavía nos mantiene con una fuerte resaca, tanto para los ciudadanos como para muchos partidos políticos; sin embargo, es necesario hacer una reflexión sobre los procesos electorales y la democracia que hemos ido construyendo como mexicanos.

Si bien la democracia es más que los procesos electorales, estos se vuelven un reflejo de la consolidación o, en nuestro caso, lo endeble de nuestro sistema político.

Más allá de los resultados obtenidos por los diferentes partidos y candidatos y de los ganadores y perdedores, la jornada electoral nos mostró muchos más resultados que exhiben una democracia que simplemente no ha podido madurar a pesar de ser tan costosa, con lo que genera mas preguntas que respuestas. Para muestra podemos mencionar que:

En México, se gastó más de 4 mil millones de pesos en organizar unas elecciones que se caracterizaron por solo convocar al 47.7% de los electores a nivel nacional, que de no haber sido por las elecciones locales pudo haber llegado apenas al 40 por ciento. Además, este proceso ha sido el más violento a comparación de otros, en el que 85 urnas fueron quemadas o robadas, un candidato fue secuestrado y seis candidatos y por lo menos cinco simpatizantes fueron asesinados antes o durante la elección.

En 610 casillas no se pudo llevar acabo la votación por causa de la violencia, en contraste con las 48 casillas que en 2012 no pudieron funcionar regularmente; y a pesar de que el INE presume de la buena organización y la participación ciudadana, cerca de 55 mil ciudadanos tuvieron que asumir funciones directivas de casilla sin haber sido seleccionados y mucho menos capacitados, dejando con ello un gran margen para la intervención partidista o gubernamental.

En términos de la representación que lograron los partidos políticos, vale la pena mencionar que solo el 14% de los ciudadanos con derecho a votar (29% de la votación emitida) eligieron a algún candidato del PRI, al cual le bastó para poder lograr el 40.4% de la conformación en la Cámara de Diputados y que junto al Partido Verde lograrán tener la mitad de los diputados, además de ser los únicos que cuentan con una sobrerepresentación cercana al 10% mayor a lo que les correspondería.

Con estos últimos datos, cabe preguntarnos: ¿Realmente somos una democracia?, ¿El poder y la soberanía popular esta realmente representada? Desafortunadamente este es nuestro sistema vigente, un sistema democrático que premia a las minorías más organizadas e ignora a las mayorías, una mayoría que mostró su hastío y desinterés por participar en este sistema.

Por último, como zacatecanos, tendremos que preguntarnos si nuestros próximos diputados realmente nos representan, considerando que fueron electos, si bien por 40% en promedio de la votación emitida, tambien es cierto que solo el 15% de los posibles electores votaron por ellos… Yo no me siento representado ¿y tú?

Imagen Zacatecas – José Luis Guardado Tiscareño