Issstezac: 1986 – ¿2023?

Simitrio Quezada.
Simitrio Quezada.

Ese Instituto no está en condiciones de ofrecer “Seguridad” ni “Servicios Sociales” a los trabajadores del Estado de Zacatecas.

Basta un clavado al actual portal electrónico de Issstezac para apreciar ironías. Primera: la consigna “Issstezac, futuro para todos”. Segunda: la Misión (con redacción muy confusa, por cierto): “Garantizar las prestaciones sociales y económicas a quien está dirigido, el régimen de seguridad social del Issstezac”.

“Garantizar”: verbo con mucho peso.

Tercera ironía: la Visión (con falta de tilde): “Consolidar la seguridad social para la derechohabiencia, adecuandose (sic) siempre a las necesidades sociales y laborales”. No puedes consolidar lo que no has sostenido, ni puedes garantizar lo que no has sabido administrar.

Cuarta: Entre los Valores (hay allí otra falta de tilde) encontramos, junto al “Espiritu” (sic) de servicio, a la responsabilidad (parece que no hay) y la comunicación (tampoco).

Total: Ese Instituto no está en condiciones de ofrecer “Seguridad” ni “Servicios Sociales” a los trabajadores del Estado de Zacatecas.

Atrás queda el feliz 1986 en que el profesor José Guadalupe Cervantes Corona y la Quincuagésima Primera Legislatura del Estado decretaron la Ley de Seguridad y Servicios Sociales para proteger a quienes sirven al Estado. Atrás quedaron las primeras erogaciones para que el instituto recién creado tuviera patrimonio propio y abundante.

Desvencijado queda ese artículo 7 en que se estableció con carácter obligatorio los préstamos a corto y mediano plazo, los hipotecarios, la adquisición y arrendamiento de inmuebles, la jubilación, la pensión por invalidez, la indemnización global, la política de defunción, la ayuda para gastos de funeral, las prestaciones de capacitación educativa, deportiva y de recreación.

Atrás quedan los esfuerzos al respecto en esa administración presidida por Cervantes Corona y en las de Genaro Borrego, Pedro de León Sánchez, Arturo Romo, Ricardo Monreal, Amalia García, Miguel Alonso y Alejandro Tello. Los esfuerzos y también los retrocesos, y también los abusos, conscientes e inconscientes (sic) que han sido juzgados sólo como secretos a voces y no con la debida responsabilidad que implicaría un fincamiento de responsabilidades.

Se fue pateando el bote hasta que quedó esta frágil lámina cilíndrica y agujerada.

Como el Issstezac ha sido de todos, no ha sido de nadie.

Como supuestamente se buscó el futuro para todos, quedó el futuro para nadie.

Y nadie quiso asumir el costo de las dolorosas reformas que tampoco tenían por qué asumirse. El Issstezac era un instituto vigoroso, adinerado… hasta que la realidad fue descarapelándose y mostrando la caída de las capas de simulación.

¿Es 2023 el año en que desaparece el Issstezac?

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