Moda retro

Todo lo “retro” está de moda. Es decir que cierta vestimenta, peinados, mobiliario, música, diseños y estilos que fueron creados en décadas pasadas, y que en su momento causaron furor, hoy vuelven a ser no solo aceptados sino, incluso, tendencia.

Me ha llamado poderosamente la atención una compañía de refrescos que está promoviendo en medios una fuerte campaña ligando varios diseños de su envase a personajes y momentos que fueron muy representativos para los que andamos rondando el medio siglo.

No sé en su caso, ciudadano de a pie, pero en el mío los setentas y ochentas fueron una época verdaderamente dorada y debo de confesar que, aunque yo no consumo esa marca de refresco, francamente se me antojó salir a comprar uno, señal de que la estrategia publicitaria tiene su efecto.

Yo me pregunto ¿por qué no funcionará intentar poner de moda los valores de antaño? Es decir, entrar en la conciencia de que convivir en familia, ceder el asiento a una dama, decir “por favor” y “gracias”, y también pedir perdón, respetar a la autoridad, ¡caray, tener temor de Dios! no nos daban tan malos resultados. No es que en la sociedad de hace veinte o treinta años no hubiera crisis de valores o escándalos, pero se tenían más claros determinados límites que hoy pareciera que han desaparecido.

Con el paso de los años y la llegada de nuevas generaciones por algún motivo hemos dejado de transmitirles a éstas determinadas costumbres y valores que son esenciales para la convivencia y el correcto progreso social y, en consecuencia, se ha perdido la brújula y se ha fracturado la estructura moral del ser humano a tal grado de que ya cada quien se siente con las facultades para imponer su propia ideología como un axioma que merece ser no solo respetado sino admirado e imitado por todos.

Se ha vuelto un auténtico desorden el que todos ahora queremos que se respeten nuestras ideas pero por ningún motivo estamos dispuestos a respetar las de los demás.

Sería bien interesante impulsar la moda “retro” de aquellos valores que en realidad nos hacían ser una mejor sociedad.

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Imagen Zacatecas – Juan Carlos Ramos León