Oficio vs profesión

En domingos no me queda mucho tiempo para ver televisión; estoy estudiando una maestría- me comentó la chica que me cortaba el cabello, cuando comentábamos sobre algunas series televisivas que se han puesto de moda. –Si tienes estudios profesionales ¿qué haces cortando el cabello? Sin menospreciar a quienes desempeñan este oficio, por supuesto –le comenté. … Leer más

En domingos no me queda mucho tiempo para ver televisión; estoy estudiando una maestría- me comentó la chica que me cortaba el cabello, cuando comentábamos sobre algunas series televisivas que se han puesto de moda. –Si tienes estudios profesionales ¿qué haces cortando el cabello? Sin menospreciar a quienes desempeñan este oficio, por supuesto –le comenté. –Es que me pagan mucho mejor aquí de lo que gano normalmente desempeñando mi profesión y como soy de fuera y tengo que costearme mis estudios pues por eso.

¿En qué momento ocurrió que resulta ser más lucrativo ejercer el oficio que la profesión? Y, sí, se trata de un tema generalizado ya que es bastante común que el chofer del taxi resulta ser un graduado con honores en Derecho y que quien estudió Ingeniería Civil se convierta en un prominente taquero de puesto. Algo por aquí no marcha bien.

Nos falta mucha planeación como país para conseguir la configuración apropiada de un sistema educativo que asegure la formación de posgraduados, profesionistas y técnicos que impulsen la actividad económica como especialistas en sus campos de acción. En mi opinión el posgrado y la licenciatura no deberían de ser para todos. Y que conste que no me refiero a un tema de recursos económicos sino de aptitud y capacidad: Debería de ser que aspire a un título profesional o un posgrado sólo aquel que cuente con las mejores notas en un sistema que estandarice exigentes requisitos para conseguirlo.

En la actualidad, obtener un título universitario es cosa de mero trámite: Cumplir algunas condiciones –que varían de instituto a instituto- hacer algunos sacrificios y listo. Dicen los que saben que países como Alemania cuentan con tres técnicos por cada profesionista y resulta que en México la proporción es exactamente al revés. También hace falta, por supuesto, que los técnicos puedan aspirar a mejores esquemas de remuneración.

Por supuesto que las oportunidades deben de ser parejas para todos, pues no se puede negar a nadie el derecho a crecer profesionalmente, se trata sólo de acomodar las piezas para que la maquinaria del progreso funcione apropiadamente, como lo hace en otros países.

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Imagen Zacatecas – Juan Carlos Ramos León