Vía pública e infractores en el antiguo Zacatecas

En pleno siglo XVI, la ciudad de Zacatecas se convirtió en una de las ciudades más grandes de toda la Nueva España, después de la ciudad de México. Por sus calles transitaban personas, recuas de mulas, carretas y carruajes. En aquellos tiempos no había agentes de tránsito, ni multas, ni placas de circulación, ni reglamentos … Leer más

En pleno siglo XVI, la ciudad de Zacatecas se convirtió en una de las ciudades más grandes de toda la Nueva España, después de la ciudad de México. Por sus calles transitaban personas, recuas de mulas, carretas y carruajes. En aquellos tiempos no había agentes de tránsito, ni multas, ni placas de circulación, ni reglamentos de tránsito, ni semáforos, ni la educación vial; sin embargo, el respeto, la moral y las buenas costumbres regían la convivencia en las calles. Cuando alguien se propasaba era denunciado ante la autoridad y poco a poco aparecerían los reglamentos para regular el tránsito y la convivencia en la vía pública.

Licencias para montar a caballo
Las licencias de conducir se otorgan a personas que se considera aptas, capacitadas y responsables para conducir un vehículo. 

Una de las primeras licencias que se expidieron en Zacatecas para conducir un vehículo tuvo lugar en el año de 1642. 

El indio Francisco Martín, originario de Zacatecas solicitó licencia para poder ensillar y montar a caballo. La autoridad que le confirió el permiso fue el corregidor de la ciudad, don Sancho Dávila Guevara. En aquel tiempo, los indios y otras castas tenían prohibido montar a caballo por el riesgo constante de una sublevación.

Castigos a infractores en espacios públicos
Desde el siglo XVI las autoridades de la ciudad de Zacatecas emitieron ordenanzas para la sana convivencia de los habitantes, sobre todo, en los lugares públicos. Quien no las cumplía se hacía acreedor a castigos y multas. 

A manera de ejemplo, en 1706 estaba prohibido que los indios, mestizos, negros y mulatos jugaran en las plazas, calles y arroyos de la ciudad. Quien no respetara esta disposición recibiría 50 azotes y pasaría 15 días de cárcel. Y si era español, pagaría 50 pesos y se le condenaría a un mes de cárcel.

El alcoholímetro
Desde la época colonial el vino corría a raudales en Zacatecas. Aunque hubo uno que otro tiempo de escasez. 

En esa época no había vehículos de motor pero sí caballos. Si estos animales a veces resultaban peligrosos para los transeúntes cuando sus jinetes andaban en sus cinco sentidos, peor se ponían las cosas cuando estos andaban ebrios.

Así que en el año de 1767, las autoridades de la ciudad determinaron que nadie podía andar a caballo de noche. Sólo tenían permitido montar de día. Si alguien desobedecía esta orden, le decomisaban el caballo con todo y silla y nunca se lo devolvían; además, el infractor era enviado a la cárcel durante ocho días.

Seguridad y sana convivencia
Después de la guerra de Independencia, en 1832, se redactó uno de los primeros reglamentos de este periodo para las personas que usaban la vía pública:
– La gente podía andar en coche o caballo de noche, pero no al galope ni a alta velocidad.
– Estaba prohibido tirar cuetes, chicharras y toda suerte de pólvora, para evitar incendios.
– Estaba prohibido que los burros que cargaban metales (es decir, el tránsito pesado) pudieran andar por el centro. Solo podían circular por las calles periféricas de la ciudad.
– Todos los cargadores solo podían andar por media calle para que no golpearan con su carga a los transeúntes.
– Nadie podía andar con paquetes o envoltorios en la noche, si no era con un permiso escrito de la autoridad.

Infracciones por exceso de velocidad
Hace casi 150 años, en el año de 1859, cuando se emite un reglamento para regular la velocidad de los vehículos y caballos. Este documento se hizo del dominio público para que la gente lo conociera y se comportara, sobre todo en la alameda de la ciudad de Zacatecas. Los infractores pagarían una multa de 5 a 25 pesos; si era pobre pagaba poco y si era rico pagaría más, es decir: la multa dependía de la capacidad económica del infractor de la ley.

Albores de la educación vial
En 1940, el general Pánfilo Natera asumió el cargo de gobernador de Zacatecas. En ese tiempo la circulación de vehículos de la capital estaba a cargo de un jefe de tránsito, un motociclista, un sargento y doce agentes. 

En ese mismo año de 1940, el jefe de tránsito acudió al Primer Congreso de Jefes de Tránsito que tuvo lugar en la Ciudad de México. De allá trajo muchas ideas a Zacatecas. 

Al año siguiente, en 1941, se colocaron las primeras señales de tránsito en las calles para vehículos y peatones; se asignaron los primeros espacios para sitios de autos de alquiler y particulares, o sea: los primeros estacionamientos, y del 27 de julio al 3 de agosto se llevó a cabo lo que se llamó en ese entonces como la Semana Ilustrativa de Tránsito, en la que se dieron a conocer las nuevas señales de tránsito a los zacatecanos, y se les repartieron folletos y carteles alusivos.

Y a pesar de llevar siglos de querer convivir en armonía en la vía pública, aún nos falta mucha educación vial que se traduzca en respeto y seguridad para todos. 

Debemos luchar contra ese nada honroso primer lugar nacional en muertes por accidentes viales que se ha ganado Zacatecas en los últimos años donde, tristemente, los jóvenes constituyen el mayor número de víctimas mortales.

Imagen Zacatecas – Manuel González Ramírez