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El obispo pidió dejarnos amar y abrazar por la misericordia depositada en manos de Dios.
ZACATECAS.- El Obispo de la Diócesis de Zacatecas, relató a su feligresía reunida este domingo en Catedral, el pasaje que recuerda la aparición del Mesías a sus discípulos luego de su Resurrección a lo que estos se mostraron reacios a entender y luego les insufló el Espíritu Santo; asimismo, recordó la reciente desaparición física del Papa Francisco en Roma.
Monseñor Sigifredo Noriega Barceló dijo que el Papa Francisco se fue de este mundo en plena Semana de Pascua y añadió que “es el resucitado quien ofrece a sus discípulos el don de la paz y les dice que así podrán vencer el miedo a la muerte”.
Noriega Barceló recordó el pasaje por medio del cual Jesús les dio además a ellos, el Espíritu Santo mediante un soplo para el perdón de los pecados y el don de la paz para la reconciliación, “como le fue entregado al Papa Francisco”.
Añadió que el Papa tuvo diversos dones, entre ellos la misericordia divina, por lo que su vida cambió cuando descubrió el Día de San Mateo, ese don misericordioso que le llevó al encuentro con el resucitado y a asumir su responsabilidad histórica y personal ante el papado.
“Papa Francisco se dedicó con pasión a las personas más necesitadas por lo que la resurrección de Dios es importante con el fin de que nuestras vidas tengan sentido”, destacó.
El purpurado aludió a la incredulidad de Tomás, “quien no era malo, sólo que -como en el caso de nosotros- no queremos como él creer y preferimos irnos aun cuando luego, se dejó encontrar por el señor resucitado, quien le dice: mete tus dedos en mis manos y en mi costado como la confesión de fe más clara que encontramos en todo el Testamento”.
Noriega Barceló dijo que Tomás se convierte en el testigo del señor para testimoniar la fe, como en el caso del Papa Francisco, refirió.
“A pesar de todas las dificultades, tenemos que hacer una confesión de fe, para el caso de aferrarnos a ella sin tener miedo a las dudas que forman parte del mismo camino de la fe”, por lo que llamó a enfrentarlas.
Asimismo, pidió estar en espíritu de búsqueda con el fin de darle un sentido trascendente a la muerte y a la resurrección de Jesús sin olvidar que el dolor, el sufrimiento y la fragilidad siempre estarán ahí para que, aun así, podamos volver a casa.
También pidió dejarnos amar y abrazar por la misericordia depositada en manos de Dios.
“Quiero que esa fe sea no solamente más profunda sino que sea un estilo de vida porque necesitamos cristianos al cien, al mil, como el Papa Francisco”.