Cerrar con orden, agradecer con el corazón

Este miércoles, el Instituto Zacatecano de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales inició oficialmente el proceso de entrega-recepción, con la conformación del comité respectivo junto con la Secretaría de la Función Pública, la Secretaría de Administración, la Secretaría de Finanzas, y el acompañamiento invaluable de la Auditoría Superior del Estado y la Dirección General de Archivos de Zacatecas.

Es de reconocerse que, ante un escenario sin precedentes en nuestro estado, este proceso ha contado con plena cordialidad y total disposición por parte de todas las instancias, a quienes nos une el compromiso de llevar a cabo una transición ordenada, transparente y con la altura que merece una institución que durante dos décadas trabajó por la cultura de la rendición de cuentas.

Si bien esta reforma se originó en el escenario nacional y no como una decisión local, nos tocó asumirla con responsabilidad. Como comisionada presidenta, mi tarea prioritaria fue velar por los derechos laborales de quienes integraron el IZAI con la convicción de que la trayectoria, la antigüedad y el esfuerzo del personal fueran respetados hasta el último momento.

Igualmente importante y con mucho respeto, el deber de darle al Instituto el cierre que se merece: con dignidad, con orden, y con gratitud por lo que representó para Zacatecas.

Hoy me voy satisfecha de este encargo, que en realidad comenzó hace 20 años, cuando se fundaba lo que en ese entonces era la CEAIP. Me voy con la conciencia tranquila y el corazón lleno. A ustedes, las y los trabajadores del IZAI: gracias. A quienes alguna vez solicitaron información, presentaron un recurso de revisión y buscaron respuestas: gracias. A los sujetos obligados que cumplieron con la ley, y por qué no, también a quienes no lo hicieron del todo: gracias. De todos aprendimos. A todos les ofrezco no solo mi respeto, sino mi amistad.

Los ciudadanos hicieron uso del IZAI para lograr lo que hace 20 años parecía impensable; el IZAI colocó en la agenda pública temas que antes no se discutían y cambió el rumbo de muchas decisiones. Lo hicimos en equipo, con pasión y convicción. Hay un antes y un después, y hoy el cimiento para seguir construyendo la democracia, es una sociedad informada, vigilante y exigente.

No es una despedida de esta columna, pues seguiré escribiendo en este espacio desde el consejo editorial de Imagen al cual me honra pertenecer. Nos leemos pronto.

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