Benito Juárez, el legado

Saúl Monreal Ávila, docente de la Unidad Académica de Derecho de la UAZ.
Saúl Monreal Ávila, docente de la Unidad Académica de Derecho de la UAZ.

Hoy se cumplen 150 años del fallecimiento de un personaje que logró trascender en todos los aspectos de la política mexicana, de tal manera que continúa siendo un referente y una figura a seguir de los hombres de estado.

Hoy se cumplen 150 años del fallecimiento de un personaje que logró trascender en todos los aspectos de la política mexicana, de tal manera que continúa siendo un referente y una figura a seguir de los hombres de estado que aspiran a aportar en el rescate y transformación de la vida pública de nuestro país.

Hijo de padres zapotecas, Benito Juarez García, ha sido el único presidente de México de origen indígena. Permaneció en el cargo por cinco periodos, desde 1857 hasta 1872, año en que falleció por un infarto, en una de las habitaciones de Palacio Nacional, inmueble que, como hoy, era la residencia oficial del primer mandatario.

Cuando tenia 12 años de edad, aún sin hablar español, decidió mudarse con su hermana a la Ciudad de Oaxaca, donde trabajó como pastor y sirviente en la casa de la familia Maza Parada, padres adoptivos de Margarita, quien después se convertiría en su esposa y con quien procreó 12 hijos.

Con una importante trayectoria como regidor, diputado local y federal, magistrado, juez de primera instancia, secretario de gobierno, secretario de instrucción, secretario de negocios eclesiásticos, ministro de gobernación, presidente de la suprema corte, gobernador de Oaxaca y presidente de México, se convirtió en uno de los políticos que pasó por todos los poderes y niveles de gobierno de nuestra nación.

Considerado padre del liberalismo mexicano y fundador del estado laico, siendo éste, uno de los objetivos que persiguió a lo largo de la vida. Es bien conocido que su postura e ideales generaron malestar en el sector eclesiástico e incluso en el Vaticano. Logró, entre otras cosas, disminuir privilegios como el fuero, la adquisición y administración de bienes raíces de la Iglesia católica al amparo del estado.

Así pues, quien fuera considerado defensor de la autonomía del estado mexicano ha logrado permanecer vigente y hoy se ha convertido en una de las más importantes figuras de la imagen institucional del Gobierno de México. Es bien sabido que su legado ha sido guía de la llamada cuarta transformación.

A nosotros también nos mueve su ejemplo, el llevar a cabo una lucha en contra de los grandes intereses, de las facciones. Los tiempos modernos nos obligan a luchar por la soberanía nacional, nos obligan a, como Juárez, ser respetuosos de las diferentes creencias y formas de pensar, nos obligan a buscar la armonía, a buscar la reconciliación nacional.

Docente de la Unidad Académica de Derecho de la BUAZ




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