Eloy Cavazos se lleva oreja y rabo con su pregón taurino

ZACATECAS.- Con una sencillez inimaginable en un matador de toros que obtuvo los máximos laureles de los ruedos en Europa y América, Eloy Cavazos abrió el cofre de los recuerdos e hizo de sus memorias el discurso del pregón taurino de la Feria Nacional de Zacatecas (Fenaza). El Gigante de los Ruedos fue el encargado de … Leer más

ZACATECAS.- Con una sencillez inimaginable en un matador de toros que obtuvo los máximos laureles de los ruedos en Europa y América, Eloy Cavazos abrió el cofre de los recuerdos e hizo de sus memorias el discurso del pregón taurino de la Feria Nacional de Zacatecas (Fenaza).

El Gigante de los Ruedos fue el encargado de anunciar las actividades de la fiesta brava en el auditorio del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez con la familia taurina zacatecana reunida.

Entre los asistentes destacaron el gobernador Alejandro Tello, la alcaldesa capitalina Judit Guerrero, Ulises Mejía Haro, quien la relevará en unas semanas, y el matador Ignacio Garibay, en su gira de despedida de los ruedos.

Con el reconocido cronista taurino Juan Antonio de Labra como conductor del evento, Eloy Cavazos llegó al escenario en medio de los aplausos que seguramente le recordaron tantas tardes de éxito en los ruedos zacatecanos.

“Plaza llena” fue lo que dijo al saludar a la afición antes de comenzar a hablar con la calidez que lo hizo popular entre los tendidos de todo el mundo.

Con fresca sobriedad y un calado conocimiento del toro y los toreros, De Labra entrelazó preguntas y comentarios para que la figura regiomontana hilara sus crónicas en el ruedo y fuera de él, las cuales narró con suma naturalidad y espontaneidad.

Gracias a la convocatoria de la empresa Zacatecas, Tierra de Toros, la afición participó en el tradicional evento en el que las palmas se dejaron escuchar para quien conquistó todos los países taurinos y acumuló 1907 corridas en poco más de 40 años.

En 1985, a los 36 años, se retiró para reaparecer dos años después y seguir por dos décadas con la muleta en la mano, hasta poner fin a su exitosa carrera en 2008.

De su frescura y ocurrencias han sido víctimas la desaparecida estrella taurina Luis Miguel Dominguín, el rey emérito de España don Juan Carlos y hasta el gobernador Alejandro Tello, quien, junto con el público, no pudo evitar las carcajadas al escuchar al matador.

 

Dios y el toro me lo han dado todo

Con 69 años en los hombros y 52 de haber recibido la alternativa, recordó que el sueño de ser torero comenzó por querer comprarle una casa a su mamá y mejorar la situación económica. 

Recordó que conoció esta tierra colorada  hace 51 años cuando vino por invitación de Jesús Cabrera, a torear una vaquilla. Fue él quien lo animó a seguir practicando con la franela y la muleta.

En 1969 vino a torear un festival en la desaparecida Plaza de San Pedro en la que se llevó orejas, rabo y patas.

Zacatecas, dijo, “es tierra para toreros” y resaltó la importancia de las ganaderías de esta tierra para la fiesta brava y que da ejemplares para que los hombres de temple se conviertan en toreros.

La máxima enseñanza que le dejaron los ruedos fue que, al jugarse la vida cada tarde, aprendió a disfrutar cada momento: “De algo me he de morir… Dios y el toro me lo han dado todo”.

A quienes a diario se juegan la vida en los diferentes escenarios de la cotidianeidad les aconsejó “que se la sigan jugando… si no arriesgas y no tienes una ilusión y no te duele ver a ti mamá lavando ajeno y haciendo tamales es que no te corre sangre por las venas”.

Con una educación que sólo llegó hasta tercer año de primaria, resaltó cómo el toro fue su tabla de salvación para alcanzar sus metas.

 

Premian a lo mejor del 2017

El mandatario zacatecano, Manuel Sescosse y Juan Enríquez entregaron los galardones a lo mejor del serial pasado.

El trofeo como triunfador de la Fenaza 2017 fue entregado a Diego Sánchez y, como Mejor Toro, se reconoció a “Compañero”, de Santa María de Xalpa, y que fuera lidiado por el novel matador.

El premio como Mejor Picador fue para Guillermo Marín, papá del matador Ginés Marín, quien formó parte de los carteles de la feria pasada.

La categoría Mejor Encierro se declaró desierta.

Por haber salido cuatro veces al tercio se premió a Carlos Martel por su gran papel como banderillero y subalterno.

Premiar la Mejor Faena fue necesario medir la del heredero de la dinastía Sánchez con la de Fermín Rivera, siendo el potosino quien se llevó el laurel.

Además, por sus 30 años se entregó un reconocimiento especial a los Forcados Mazatlecos, grupo que se mantiene entre los mejores de la fiesta.

Imagen Zacatecas – Isabel Medellín