Hábitos y costumbres laborales

En la actualidad, incorporarse al ámbito laboral implica contar con conocimientos que adquirimos en alguna escuela o universidad, pero también es necesario generar hábitos y costumbres que nos ayuden a sobresalir en este terreno tan competido. Como dice Stephen R. Covey en su libro Siete hábitos de la gente altamente eficiente, ser muy ordenados y … Leer más

En la actualidad, incorporarse al ámbito laboral implica contar con conocimientos que adquirimos en alguna escuela o universidad, pero también es necesario generar hábitos y costumbres que nos ayuden a sobresalir en este terreno tan competido.

Como dice Stephen R. Covey en su libro Siete hábitos de la gente altamente eficiente, ser muy ordenados y productivos es indispensable para alcanzar un gran desarrollo profesional.

El autor de uno de los libros más leídos desde los 90, dice que la mejor inversión es cambiarnos a nosotros mismos. Es decir, buscar el autodominio, el trabajo en equipo y la renovación continua. Hay que convertir nuestras necesidades diarias en un hábito de acción para mejorar el tiempo productivo.

La clave consiste en ser proactivos, ya que como seres humanos tenemos la capacidad de hacer lo que pensamos que podemos realizar, lo que necesitamos es plantearnos metas: estudiar con dedicación el tema que deseamos tocar, practicar mucho y desarrollarlo.

Otro hábito consiste en tomar la iniciativa de nuestros actos, lo que no significa que seamos acelerados, sino que debemos saber tomar decisiones y aterrizarlas.

Es conveniente pensar en cosas y actividades positivas con las que podamos hacer algo para progresar.

Debemos dejar lo negativo, ya que esto nos limita el progreso cuando el único fin es avanzar.

Empezar con un fin en la mente significa visualizar desde ahora cuál es nuestro propósito en esta vida; saber a dónde se está yendo sin olvidar dónde estamos y qué pasos tenemos que dar para lograr nuestros propósitos. Se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces, primero en la mente y después de manera física.

El siguiente hábito se trata de poner primero y antes que nada lo que tienes en mente. Tú eres el creador; tú estás a cargo.

Basados en la imaginación podemos ver el potencial que tenemos, el que en la mayoría de los casos no lo podemos ver con los ojos. Es la realización, la actualización, el ejercicio con el cual con la búsqueda independiente se logra ser el centro de toda actividad.

Uno de los aspectos más difíciles es la victoria pública, ya que no podemos declarar el éxito sobre otras personas si no hemos logrado superar interiormente todo lo que sucede en nuestra mente. Debemos conocernos y aprender a controlar nuestros impulsos.

Es indispensable pensar en la empatía, lo que primero tenemos que hacer es hallar la forma de cómo congeniar con los demás. Con la unión o trabajo en equipo tenemos el reto de aplicar nuestros principios sociales de cooperación. Cuando tienes una comunicación sinérgica, simplemente estás abriendo tu mente y tu corazón a nuevas posibilidades de acción.

Por último, recordemos que la perseverancia y nuestro potencial es lo más profundo que tenemos; el triunfo se logra a través de proponernos llegar a él. Es importante pensar que el beneficio en el terreno laboral debe ser para todos, jefes y subalternos, todos ganamos. En otras circunstancias, siempre hay un perdedor.

Estudiante de Ciencias Políticas y Administración Pública

Imagen Zacatecas – Tania Martínez Rivera