Huérfanos de rumbo
Quirino Ordaz, gobernador recién estrenado en Sinaloa, logró que el Congreso local aprobara que en vez de 40 diputados locales a partir del 2021 tendrán solamente 30 y que ya desde el 2018 tendrán 80 regidurías menos de las 253 que ahora sangran las finanzas de aquel estado. Invoco el hecho como evidencia de … Leer más
Quirino Ordaz, gobernador recién estrenado en Sinaloa, logró que el Congreso local aprobara que en vez de 40 diputados locales a partir del 2021 tendrán solamente 30 y que ya desde el 2018 tendrán 80 regidurías menos de las 253 que ahora sangran las finanzas de aquel estado.
Invoco el hecho como evidencia de que aún estados con problemática más intensa que la nuestra se advierten signos de conducción política que tenemos años sin conocer en Zacatecas.
Se ha prolongado tanto la racha de gobiernos inerciales que es ineludible la búsqueda de una explicación a partir de la cual tejer esfuerzos que nos permitan salir del atraso integral que se instaló en el estado.
¿Cómo llegamos a la crisis crónica de conducción política? Esta crisis se expresa en la historia de muchas obras materiales transexenalmente fallidas, en fincamiento de responsabilidades sin consecuencias legales ulteriores, en incompetencia extrema hasta para ordenar el tránsito o en la añeja parálisis legislativa onerosamente remunerada.
El vacío de conducción política no apareció de la nada. Su gestación lleva décadas y todavía no se vislumbra que toque piso.
Atribuirlo a la inexperiencia de Tello es ignorar que su arribo es efecto y no causa de la anemia política que nos aqueja, la explicación tiene, en mi modesta opinión, causas nacionales y locales, un factor nacional es la capacidad perdida del presidente de la república para fungir como árbitro supremo de las pugnas locales que mantuvo durante la prolongada época del presidencialismo exacerbado mientras la totalidad de gobernantes estatales y municipales eran del PRI, etapa esencialmente concluida con el arribo de Vicente Fox en el 2000.
Sin embargo, siendo varias los factores de la política nacional que influyen en la merma de la capacidad de conducción de la clase gobernante zacatecana, no es posible ignorar que la alternancia local es en mucho responsable de la prolongada decadencia, muy probablemente debido a que los que arribaron al gobierno en su nombre redujeron el cambio a las siglas partidistas sin cambios de orientación programática ni de modos de hacer política y frecuentemente ni de personas. Dicho en otras palabras, los zacatecanos entramos a una etapa de seducción del poder por el poder.
Sin proyecto alternativo local
La ausencia de una visión estructurada, de un proyecto específico mas allá de puestos y personas se transparenta con el hecho de que Ricardo Monreal en 1988 tocó primero las puertas del PAN, que no se le abrieron, para luego ser postulado por el PRD e iniciar su exitoso ciclo.
Amalia García, de recia formación ideológica, accede a la gubernatura dueña de una visión e inscrita en un proyecto nacional, pero careciendo de un proyecto local por la simple razón de haber vivido su vida antes de su arribo al gobierno, fuera de la entidad con la excepción de los años de su formación escolar preparatoria.
Miguel Alonso pudo ser el tercer gobernante perredista consecutivo si el empecinamiento de Amalia García no le cierra el paso. Su adscripción automática al priísmo evidencia la falta de un proyecto político más allá del anhelo personal como motivador de la lucha por acceder al poder local.
Alejandro Tello no solo llegó sin proyecto político sino sin interés por la política, su desconocimiento del tema lo hizo patente con su recordado “yo no soy político”. Ha dejado de decirlo, pero su anuncio de que él terminando se retira y de que no aspira a nada lo dice todo.
El anquilosado priísmo desplazado en 1998 pudo regresar a palacio en Zacatecas, por los mismos motivos que a nivel nacional propiciaron el regreso a los Pinos a un partido político que impregnó a la oposición de sus propios vicios.
Sin principios tampoco hay paraíso
Faltó visión para modificar la relación entre los tres poderes y entre el gobierno y los medios de comunicación, faltó visión para cancelar la compra de votos y desterrar para siempre la cultura clientelar, brotaron como hongos los políticos dispuestos a cambiar de chaqueta a la voz de la conveniencia y la traición entre ellos se volvió juego permitido. Así, paso a paso, se fue formando la clase gobernante, transpartidista y transexenal con más registro de usos anómalos de fondos públicos sin sanción alguna.
El pragmatismo sin límites ni principios permite que individuos y grupos ganen batallas a costa de que los pueblos pierdan la guerra.
Zacatecas saldrá del hoyo con políticos con conocimiento de a cosa pública, con oficio y definiciones con sustento ético.
Zacatecas no puede seguir encargando el timón a una clase gobernante que le da lo mismo enfilar al norte que al sur con tal de seguir al mando. Nos encontramos el jueves en El Recreo.
Imagen Zacatecas – J. Luis Medina Lizalde