Invidentes superan las barreras y ponen el ejemplo

ZACATECAS.- Eduardo y Erick son unos profesionistas invidentes que lograron vencer todos los obstáculos y recibieron una oportunidad para trabajar en la Jiapaz, donde se han encargado por 4 años de dar atención al cliente. Para ellos no hay ninguna limitante, ni su ceguera puede frenar las ganas de sacar a su familia adelante e … Leer más

ZACATECAS.- Eduardo y Erick son unos profesionistas invidentes que lograron vencer todos los obstáculos y recibieron una oportunidad para trabajar en la Jiapaz, donde se han encargado por 4 años de dar atención al cliente.

Para ellos no hay ninguna limitante, ni su ceguera puede frenar las ganas de sacar a su familia adelante e integrarse a un círculo laboral de manera normal.

Vencer los miedos 

Eduardo Medina tiene 4 años y medio trabajando en atención al cliente, desde hace 20 padece de ceguera y batalló para encontrar trabajo.

A partir de su discapacidad fue que decidió estudiar la preparatoria y una carrera en Recursos Humanos.
“Por mi discapacidad fue difícil establecerme en un trabajo, tuvo uno anteriormente, pero dure 2 años sin conseguir nada”, recordó.

Las puertas se le cerraron, se topó con negativas basadas en su discapacidad, pero con el apoyo de su familia logró lidiar con eso.

“Toque muchas puertas, hasta que se presentó esta oportunidad de ingresar a la Jiapaz y es donde me he podido desarrollar”, aseguró.

Cada mañana toma el camión en la Central de Fresnillo, de donde es originario, para llegar a las instalaciones de Jiapaz y brindar el servicio de atención al cliente.

Todos los días tiene en la mente y en su corazón a la familia, a sus padres, su esposa y sus tres hijo, quienes valoran los esfuerzos que realiza.

“No hay que darse por vencido nunca, si para las personas que entre comillas están completos es difícil para una persona en nuestra situación, es doblemente complicado más no imposible”, afirmó.

Mostrar una sonrisa siempre

Para Erick García trabaja  desde hace 5 años en la Jiapaz, actualmente en la sede en Guadalupe, donde siempre tiene una sonrisa para las personas pero tuvo un inicio complicado.

Recordó que durante sus primeros días un señor de edad avanzada llegó a hacer un reclamo, Erick le pidió los datos y el señor le aventó el recibo diciéndole: “Pues ahí esta, ¿Qué no ves o estas ciego?”.

Supo sobrellevar estas situaciones y trata de dar el mejor servicio, siempre y cuando este dentro de sus posibilidades.
“Doy los números de factura, doy información, no nos limitamos y trato de darles el apoyo según el trámite que venga a hacer el usuario”, apuntó.

Desde 2014 la acompaña Ginger, su perra guía, quien lo ayuda en su desplazamiento por la ciudad y puede tener en el trabajo.

Dijo que su incorporación a la Jiapaz lo ha ayudado a sentirse más independiente,  en un espacio donde se le trata igual que a los demás, sin preferencias.

“Todas las personas tenemos esa necesidad de esa inclusión laboral, como yo que tengo dos hijos y hay más compañeros invidentes que también tienen a sus familias”, aseguró.

Anterior a este trabajo Erick se dedicaba a vender joyería, por lo que se sabía de memoria Ciudad Administrativa,  y fue así que llegó a Jiapaz.

La mentalidad y entusiasmo de Erick y Eduardo les abrió puertas que ellos quisieran se abrieran para más personas con discapacidad, donde las instituciones públicas y privadas den más oportunidades de desarrollo.

Imagen Zacatecas – Alejandro Castañeda