Marruecos

Siempre que tenemos la oportunidad de cruzar el Atlántico, procuramos hacer una visita a algún país cercano que no hubiéramos visitado con anterioridad. Por este motivo después de estar participando en Fitur, una de las ferias de turismo más importantes en el mundo, tomamos la sabia decisión de cruzar el estrecho de Gibraltar para conocer … Leer más

Siempre que tenemos la oportunidad de cruzar el Atlántico, procuramos hacer una visita a algún país cercano que no hubiéramos visitado con anterioridad. Por este motivo después de estar participando en Fitur, una de las ferias de turismo más importantes en el mundo, tomamos la sabia decisión de cruzar el estrecho de Gibraltar para conocer Marruecos. 

Este país soberano se encuentra situado en el Magreb, al norte de África con costas en el Atlántico y mar Mediterráneo, su capital es Rabat y la moneda circulante es el Dirham Marroquí. 

La llegada a este destino fue por aire y la Ciudad que nos dio la bienvenida fue Casablanca, una megalópolis verdaderamente excitante.

Desde el amanecer esta ciudad despierta envuelta en el rojo de sus taxis que se desplazan rápidamente a los pies de los edificios modernos de esta ciudad blanca. Si se deja, este lugar lo envolverá rápidamente con una verdadera sensación de dinamismo. 

La religión oficial de Marruecos es el Islam, pero coexiste perfectamente con otras religiones. Cabe mencionar en este punto que aunque el acceso a mezquitas y lugares sagrados está prohibido a los no musulmanes, el turismo puede visitar la Gran Mezquita Hassan II en esta ciudad. 

El dato importante es que esta mezquita aparece como una de las más grandes del mundo después de la de La Meca y Medina.

Es una verdadera obra maestra arquitectónica y fue construida en terreno ganado al mar. Frente al Atlántico esta visita obligada alza su minarete catalogado como el más alto del mundo. 

Como ciudad cosmopolita y la más habitada de ese país, todo el año cuenta con eventos relevantes que de seguro lo entretendrán en cualquier fecha. Casablanca es una de las 4 ciudades imperdibles en su visita a este país. 

De la modernidad y ajetreo diario de esta metrópoli volamos a Fez la más imperial de las ciudades Marroquíes, la cual recibe a sus visitantes para compartir con ellos lo mejor del arte de vivir. Aquí el equilibrio y la armonía de su arquitectura lo invitan a la reflexión y la búsqueda de la sabiduría. 

Este lugar es también el centro espiritual y cultural del reino, punto que la mantiene intacta en su esplendor.

Su Medina es patrimonio mundial de la humanidad por la UNESCO y debido a ello ha sabido conservar toda su autenticidad y sello original desde hace más de 1200 años. Imagine usted la mezcla de su herencia, nobleza árabe, refinamiento andaluz, ingeniosidad judía y la tenacidad Bereber. 

Es relevante la participación que tienen los zocos en la vida de la ciudad. La organización de gremios es importante y, podemos ver un excelente ejemplo en Attarine, uno de los más animados del lugar. Esta calle comercial para que se de idea se limita en cada extremo por dos monumentales puertas de madera que se cierran por la noche. 

De esta manera y con el regateo de por medio, puede usted hacerse de hermosas artesanías o tapetes que lucirán en sus hogares como verdaderos premios de visita. Es de llamar la atención el importante trabajo que hacen las cooperativas, detalle que logra el equilibrio entre el precio que merece el trabajo artesanal y el asegurar la autenticidad de sus productos.

Marrakech fue nuestro siguiente destino y es llamada la Perla del sur. Desde nuestra llegada  el contraste de colores, sus murallas rosas de adobe y sus paredes cubiertas con flores resaltan fuertemente con las cimas nevadas del Alto Atlas. 

En el interior de estas murallas de adobe y a la sombra que el sol intercala entre callejuelas, la Medina propone una intensa actividad salpicada de voces y colores vivos así como aromas de alimentos, cedro y especias. Impresionante los sonidos que se escuchan que hacen de esta experiencia una desconcertante sinfonía. 

Los tatuajes de origen tribal en las manos de las mujeres, los encantadores de serpientes y el movimiento cotidiano entre otros cientos de cosas mas,  hacen que la visita a esta ciudad sea sumamente interesante. 

Es imposible describir en tan poco espacio con todo lo que se puede topar si viaja a este lugar. Para hacerle cosquillas en cuanto a su siguiente destino vacacional, terminaré comentándole puntos de información general. 

El té de menta es el símbolo de la hospitalidad y se ofrece frecuentemente. En los zocos se lo pueden ofrecer mientras regatea los precios, actividad que es valida y bien vista.

El clima es muy cálido en verano y frío en invierno por lo que se sugiere siempre llevar la vestimenta adecuada. 

No se exigen vacunas para el ingreso, y los mexicanos no necesitamos visa para entrar a este país. La corriente eléctrica es 220 V y los enchufes son de tipo Europeo.

El transporte en taxi es económico y es importante que usted acuerde el precio del servicio antes de partir. La venta de alcohol no está prohibida y puede disfrutarlo en hoteles y restaurantes. 

Para concluir creo necesario mencionar varias cosas. La conectividad entre sus ciudades turísticas y con el mundo es envidiable ya que posee aeropuertos de primer mundo. Su cultura turística se ve trabajada desde hace tiempo y la protección a los artesanos es admirable, créame que estos detalles hacen de mi visita una agradable sorpresa. 

Si en Marruecos el turismo se ha convertido en una fuente importante de ingresos y por esto se ha cambiado la manera de pensar de un pueblo ¿que esperamos en México para dar ese paso?

Hasta la próxima. 

Imagen Zacatecas – Raúl Muñoz del Cojo