Tamales Tacuba

No puede haber un invierno sin tamales ni atole, deliciosa tradición que ilumina de sabor nuestras mesas mexicanas. Carlos Alberto Galván y su esposa América Luevano Torista llevan 18 años de preparar, todos los días de la semana, cientos de tamales para agasajar a los turistas y zacatecanos que transitan por el centro de la … Leer más

No puede haber un invierno sin tamales ni atole, deliciosa tradición que ilumina de sabor nuestras mesas mexicanas.

Carlos Alberto Galván y su esposa América Luevano Torista llevan 18 años de preparar, todos los días de la semana, cientos de tamales para agasajar a los turistas y zacatecanos que transitan por el centro de la ciudad.

El aroma que desprenden los tamales tostaditos, sobre los anafres con carbón, es lo primero que se hace presente y despierta el apetito. Quien se puede negar a un antojo como estos, el que se puede acompañar con atole de guayaba o con cafecito de la olla con su toque de piloncillo y canela.

Este es el menú matutino, a partir de las 7:30 de la mañana, ya la lumbre está dispuesta para tatemar los tamales de carne de puerco en chile rojo o de pollo en chile verde.

O si prefiere, también están los de rajas con queso; los sorditos, los que son de pura masa; o el dulce, de piña con coco; nada mejor que Tamales Tacuba para disfrutarlos.

A partir de las 6 de la tarde, usted podrá saborearlos cocidos al vapor recién hechecitos.

Fue Rosa María Urista Torres quien inicio esta gran industria del tamal con un pequeño puesto en la calle Genaro Codina.

Rosa María preparaba sus tamales y los recalentaba sobre un comal y fue como comenzó su ya nutrida clientela.

La salsa de molcajete, de chile jalapeño con jitomate asado, es el toque distintivo que resalta el sabor de cada tamal.

No creas que comer tamales en esta fecha es un capricho gastronómico: como casi todas las fiestas mexicanas, la Navidad y la Candelaria es una mezcla de tradiciones prehispánicas y católicas.

Los tamales siempre estuvieron presentes en las ofrendas a los dioses, sobre todo porque están hechos de maíz, el material que los dioses utilizaron para crear al hombre.

En México, particularmente, tamal viene del náhuatl tamalli, que significa envuelto, y se dice que somos el país con más variedad de tamales en el mundo.

Así que como yo, ven y disfruta de unos exquisitos tamales acompañados de un rico atole servido en jarro de barro, tradición que inicia como ofrenda al Niño Dios o a los dioses prehispánicos; la dirección es Víctor Rosales 3, a un costado de la Fuente de los Faroles.

Imagen Zacatecas – Lucía López