Tunas de Zacatecas: Sustento económico de algunas familias en Trancoso

TRANCOSO.- Las tunas en el municipio de Trancoso representan no sólo el fruto del nopal o un alimento exquisito, sino que son un medio de llevar el sustento para las familias.

Los trancoseños le tienen un enorme aprecio a este fruto, debido a que desde hace décadas representa una de las principales fuentes de empleo en la localidad.

Gran parte de jefes de familia trancoseños se dedican a la venta ambulante de esta especie y es común verlos llevando su mercancía en grandes tinas de lámina por el centro Histórico de Zacatecas, incluso, fuera del estado.

Desde tiempos muy remotos, en este pueblo existían extensas nopaleras que cubrían gran parte del mismo, encontrando diferentes especies de ellas, aunque muchos las conocen sólo como blancas, rojas y amarillas.

Trancoso era conocido por el cultivo de grandes nopaleras, ya que poseía grandes hectáreas donde se sembraban las pencas, sin embargo, poco a poco se fueron terminando.

Su extinción se debió a una helada en el año de 1997, donde perecieron muchos nopales y más variedad de vegetación del municipio.

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¿Cuántos tipos de tunas se conocen?

Al menos en Trancoso existen diversas variedades de tuna, por ejemplo, en cuanto a tuna blanca, están las llamadas “blanca lisa” y “fafayuca”.

Entre las tunas rojas se encuentran más variedades, como las “cardonas”, “cascaronas” y “pachonas”, las cuales son las más conocidas y favoritas por el gusto de los consumidores.

De la tuna amarilla existe la conocida “del venado”, que son las que predominan en las nopaleras de Trancoso.

¿Qué alimentos se pueden producir con las tunas?

Son diversos alimentos los que se pueden producir con fruto de este producto endémico de México, y en Trancoso aún hay familias que se dedican a ello.

Entre los productos derivados de la tuna están la miel, el queso, el licor y la “Mielisa”, algunos de ellos aún se producen y es común que se puedan encontrar en los puestos del Centro Histórico de Zacatecas.

Una vez que se recolectaba la tuna se extraía en una coladera, fabricada con un bote o tina de lámina, que no permitiera el paso de la semilla, haciendo que solamente el juguito cayera a un cazo.

Este procedimiento iniciaba alrededor de la 1:00 la tarde y si las condiciones lo permitían, a las 9 de la noche ya estaba lista la miel.

Para hacer el queso de tuna, se seguía hirviendo la miel hasta que espesara más y quedara una pasta, luego ésta tenía que amasarse sobre una piedra.

La “Mielisa” que era una “agüita de tuna” que se elaboraba a base de la “cascarona”, pero por sus características se podía guardar y usarla en cualquier tiempo, ya que no se echaba a perder.

Con información de José Luis Noriega Cordero, en revista La Tolva.