Vogue rinde tributo a la cocina tradicional mexicana
CIUDAD DE MÉXICO.- Para celebrar sus 20 años en México, la revista Vogue rindió un tributo a las mujeres y a la cocina tradicional mexicana. En su portada aparece Abigail Mendoza, a quien describen como un estandarte de respeto por la tradición. En diversas portadas, Vogue México y Latinoamérica retrató a varias mujeres mexicanas como … Leer más
CIUDAD DE MÉXICO.- Para celebrar sus 20 años en México, la revista Vogue rindió un tributo a las mujeres y a la cocina tradicional mexicana. En su portada aparece Abigail Mendoza, a quien describen como un estandarte de respeto por la tradición.
En diversas portadas, Vogue México y Latinoamérica retrató a varias mujeres mexicanas como la bailarina Elisa Carrillo, la actriz Irene Azuela, la arquitecta Frida Escobedo y la corredora María Lorena Ramírez.
Sin embargo, la portada que más causó sensación en redes sociales fue en la que aparece Mendoza acompañada de seis mujeres. Algunas de ellas, la chef Elena Reygadas, la restaurantera Gabriela Cámara y la mezcalera Graciela Ángeles.
La fotografía de Abigail y su familia fue titulada: “Memorias y recetas familiares”. Posan en una escalera con su tradicional indumentaria y un mandil sobrepuesto.
Un tributo a las mujeres de México y a la cocina tradicional
La directora editorial de Vogue, Karla Martínez Salas, destacó que la edición es un tributo a las mujeres de México que han “caminado a nuestro lado”.
“Un tributo a las mujeres en México, a las que nos han criado o a las que han caminado a nuestro lado, algunas famosas y otras no. Todas ellas dignas de una auténtica celebración”, precisó.
Abigail es originaria de Teotitlán del Valle, Oaxaca. El 14 de febrero abrió el restaurante Tlamanalli junto a sus hermanas.
“Aprendí desde los 5 años a cocinar. Cuando yo tenía 15 años me dedicaba yo a hacer téjate, que es de las cosas más complicadas”, explicó.
Abigail recordó cuando le hizo la propuesta a su papá, primero, como una cafetería. Sin embargo, él le hizo cambiar de opinión al proponerle un restaurante.
“Tengo el don de los moles, que es la comida más sagrada y más grande para nosotros. Yo iba a ofrecer mi comida y la gente no la conocía y no la iba a disfrutar. En ese momento yo pensé que era una comida de pueblo, porque es una comida indígena”, detalló.