
Foto: Cortesía.
El rector interino de la UAZ, Armando Flores de la Torre, nombró a la doctora Lorena Jiménez Sandoval como encargada del Despacho de la Oficina de la Secretaría General, en un intento por redirigir el rumbo institucional.
ZACATECAS.- El rector interino de la UAZ, Armando Flores de la Torre, nombró a la doctora Lorena Jiménez Sandoval como encargada del Despacho de la Oficina de la Secretaría General, en un intento por redirigir el rumbo institucional.
Durante el acto oficial, Flores de la Torre reconoció que la universidad atraviesa momentos difíciles y que se requiere de acciones firmes para mantener la estabilidad. En su discurso, destacó que el nombramiento implica una gran responsabilidad ante la urgente necesidad de atender los reclamos sociales e internos que han sacudido a la institución.
Por su parte, Jiménez Sandoval expresó que “la universidad somos miles de personas que no dejamos de movernos” y enfatizó que la voz de los estudiantes no puede ser ignorada. Reiteró su compromiso con la legislación universitaria, y con una postura clara frente a la impunidad: “No se puede aplicar la ley por nosotros mismos, pero sí marcar el ritmo al que queremos que la impunidad quede fuera de la universidad”. Este acto se desarrolló mientras las protestas estudiantiles continuaban intensificándose.
La más reciente irrupción se vivió durante la ceremonia del Día del Estudiante, llevada a cabo en el Teatro Fernando Calderón, donde serían reconocidos los alumnos con mejores promedios. El evento fue abruptamente interrumpido por un grupo de manifestantes, muchas de ellas encapuchadas, que portaban pancartas y un tendedero con imágenes de profesores acusados de acoso sexual.
Entre los presentes se encontraban la activista Cristela Trejo y la ex legisladora Alma Dávila, quien afirmó que la universidad “ha llegado a niveles sórdidos de descomposición social”. Los manifestantes acusaron a la administración actual de proteger a Rubén Ibarra, lo que detonó gritos y consignas como “¡Fuera Ibarra!” y acusaciones directas contra los estudiantes premiados, a quienes llamaron “vendidos”.
La ceremonia pudo continuar tras la retirada de los manifestantes, pero el episodio dejó patente la gravedad del conflicto. El llamado de Jiménez Sandoval a una “tolerancia cero a la violencia” resuena ahora con más urgencia que nunca, mientras la UAZ enfrenta una crisis de credibilidad y exige respuestas inmediatas.