Obispo reflexiona sobre el sentido profundo del bautismo

ZACATECAS.- Durante la celebración litúrgica del fin de semana, el obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, reflexionó sobre el sentido profundo del bautismo y su vínculo con el mensaje del Nuevo Testamento, al recordar el pasaje en el que Jesús afirma haber venido a traer fuego.

El prelado aclaró que dicha expresión no alude a incendios ni a pirotecnia, sino al fuego interior del Espíritu Santo, capaz de purificar y transformar al creyente.

“Se trata del discípulo que se deja conducir, que se deja transformar, porque para eso es el fuego”, explicó.

Noriega Barceló destacó que Jesús apuesta por el discípulo apasionado, aquel que asume su fe con seriedad y persevera en medio de las dificultades, como lo hicieron los profetas y los primeros cristianos. Subrayó que la misión del Evangelio no se limita a formar seguidores, sino testigos y mártires en cualquier circunstancia de la vida.

En su homilía, el obispo explicó que el bautismo, desde la tradición bíblica, significaba ser sumergido en el agua como un acto de muerte y renacimiento:

“Meter la cabeza hasta morir para surgir como hombre nuevo”. Precisó que, en la visión cristiana, el bautismo de Jesús se cumple en su pasión, muerte y resurrección.

Asimismo, recordó que la fe cristiana tiene consecuencias, pues la búsqueda de la paz no es pasiva, sino que nace del amor y de la cruz, lo que con frecuencia genera confrontaciones. “Por eso Jesús dijo que vino a confrontar a padres con hijos y a madres con hijas”, señaló.

Finalmente, exhortó a la comunidad a vivir con seriedad el compromiso bautismal, siendo “cristianos al mil”, capaces de construir la paz desde la entrega cotidiana y la fidelidad al Evangelio.