

Pilates | Foto: Ilustrativa
Desde aliviar el dolor de espalda hasta reducir el estrés, esta disciplina se adapta a todas las edades y niveles de condición física.
¿Dolor de espalda crónico? ¿Postura encorvada tras largas horas de oficina? ¿Quieres un abdomen firme sin hacer interminables abdominales tradicionales? El pilates puede ser la solución. Esta disciplina, creada hace casi un siglo por Joseph Pilates para rehabilitar soldados heridos, se ha convertido en la elección de atletas, bailarines, modelos y personas que buscan moverse mejor y vivir sin dolor.
Beneficios comprobados del pilates:
Fuerza profunda sin volumen excesivo: A diferencia del gimnasio tradicional, el pilates trabaja los músculos profundos, especialmente el “core” o powerhouse, logrando un cuerpo tonificado, largo y funcional.
Adiós al dolor de espalda: Estudios publicados en revistas como Journal of Orthopaedic & Sports Physical Therapy indican que el pilates es una de las intervenciones más efectivas para reducir el dolor lumbar crónico.
Mejora la postura y el equilibrio: Fortalecer los músculos estabilizadores y aumentar la conciencia corporal ayuda a caminar más erguido y prevenir caídas.
Flexibilidad sin riesgo: Los estiramientos controlados y la respiración coordinada alargan la musculatura sin forzar las articulaciones.
Reduce estrés y ansiedad: La concentración en la respiración y el movimiento consciente activa el sistema nervioso parasimpático, disminuyendo los niveles de cortisol.
Apto para embarazo y postparto: Fortalece el suelo pélvico, alivia molestias y ayuda a recuperar la figura tras el parto.
Para todas las edades y condiciones: Desde adolescentes hasta adultos mayores, y desde deportistas hasta personas con enfermedades crónicas, el pilates ofrece variantes adaptadas a cada necesidad.
Variedad de modalidades:
Se puede practicar en colchoneta (mat pilates), con el aparato Reformer o en clases híbridas. La clave es acudir a profesores certificados para maximizar beneficios y prevenir lesiones.