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Conocí a Sergio siendo un jovencito que disfrutaba del fútbol zacatecano, lo jugó en las categorías de infantil y juvenil.
La mañana del pasado 3 de junio recibí la noticia del fallecimiento en un hospital citadino de nuestro querido “Queco” o “Checo” Sergio Puente Haro quien había sido internado unos días antes según la información que fue dada a conocer por su hermano Raúl quien mostró optimismo acerca de la condición de “Checo” quien anhelaba ser dado de alta y regresar a casa luego de la mejoría que había mostrado.
Sergio estuvo postrado en cama desde Julio de 1999 derivado de varios problemas de tipo neurológico que incluso ameritaron diversas atenciones en el siglo XXI del IMSS además de las visitas a Hospitales de la capital.
Debo expresar antes que nada una respetuosa condolencia a la Familia Puente/Haro y dejar sentir en las siguientes líneas algunos testimonios de mi amistad con algunos de los integrantes de esta familia encabezada por doña Imelda y don Salvador de grata memoria y cuyo hogar ha sido la calle Elías Amador de nuestra ciudad capital.
El mayor de los 7 hijos es precisamente Raúl, amigo muy querido por más de 50 años, jugador de balompié en el añorado Instituto de Ciencias, uno de los grandes equipos en la historia del deporte zacatecano, servidor público y con un enorme cariño por la tierra que lo vió nacer.
Arnoldo y Salvador llamados a la Casa del Padre hace varios años, al igual que Martha, Elma maestra muy querida y Celina, la menor de la familia, entregada por completo a la atención de su hermano por más de 30 años.
Conocí a Sergio siendo un jovencito que disfrutaba del fútbol zacatecano, lo jugó en las categorías de infantil y juvenil, atento a la “Ola Naranja” que llenó toda una época en esta tierra y seguidor por siempre de las “Chivas Rayadas” del Guadalajara, equipo que le emocionó hasta las lágrimas pero también estas brotaban cuando el “Rebaño Sagrado” perdía.
También gustaba del Rey de los Deportes, evocando a los “Pericos” de Zacatecas del “Chanquilón Díaz que nos emocionaron cuando llegó el béisbol profesional en 1965 y en los 80” a los tuzos de la UAZ en la ANABE, ahí estuvo en el Parque Zacatecas un sonriente Sergio disfrutando de los encuentros.
Seguidor también del Béisbol de las Ligas Mayores, fanático de los Yankees de Nueva York y a raíz de que familiares de Sergio residen en el estado de California (USA), algunos sobrinos muy queridos le obsequiaron una camisola de los Dodgers de Los Ángeles.
Otra de sus pasiones fue la fiesta de los toros y encontró en Manolo Martínez al diestro que le hizo vibrar y sentir el gusto por el toreo bueno.
Tuvo la fortuna de “echar la capa” en algunos festejos celebrados en el viejo coso San Pedro, plaza a la que acudió por muchos años y tuvo la oportunidad de disfrutar y emocionarse una tarde septembrina del año 1967 con una faena del entonces joven matador de toros recién alternativado Manolo Martínez quien toreó de manera extraordinaria a “Turronero” de la ganadería zacatecana de Don Jesús Cabrera.
Amigo de muchos novilleros como Fabián Ruíz y el “Piti” Eduardo Paredes así como de Guillermo Suárez del Real a quien incluso le acompañó en alguna de sus actuaciones en la Plaza México.
Estuvo atento al desarrollo de los trabajos de construcción en 1976 de la Plaza Monumental “Zacatecas” y la tarde del domingo 5 de septiembre hizo acto de presencia pleno de alegría en la corrida de inauguración y en donde no podía faltar su ídolo Manolo Martínez.
Lector asiduo del diario ESTO por lo que en espera de la llegada del llamado Diario de los Deportistas” era muy común verlo charlando con amigos.
Sergio también era aficionado al automovilismo deportivo, durante varios años acudió como espectador a presenciar en la década de los 60 y 70 la carrera automovilística Zacatecas/Jerez que se llevaba a cabo los domingos de Resurrección dentro del programa de eventos en el marco de la tradicional Feria de la Primavera en la tierra del poeta Ramón López Velarde.
La mañana del 29 de abril de 1973 en lo que era la XVIII edición de esta justa deportiva se produjo un terrible accidente a 8 kilómetros de la meta final a la entrada de Jerez.
Cientos de personas se encontraba en la orilla del asfalto en una curva conocida como “La Tinaja” en la Colonia Benito Juárez lugar predilecto para observar el paso de los conductores, la novatez de un piloto ocasionó que perdiera el control del Renault 8-S que salió de la carretera y se fue a impactar contra la multitud.
Fallecieron seis personas y hubo numerosos heridos, uno de ellos Sergio quien sufrió varios golpes y fracturas que pusieron en riesgo su vida, milagrosamente le salvaron la pierna derecha, estuvo internado por casi un año en el Hospital del IMSS, volvió a su hogar pero esas lesiones dejaron secuelas para toda su vida.
Sergio fue un hombre sencillo y bueno, amable, servicial, respetuoso, con un dejo de inocencia y ello le permitió hacer amigos por doquier.
Al referirse a su tierra natal recordaba y mencionaba a muchos zacatecanos amigos personales a quienes les hablaba y demostraba su gran cariño y cuidado a la ciudad que lo vió nacer un 14 de septiembre de 1948.
Era muy emotivo escucharlo cuando citaba a su amigo Genaro Borrego a quien le llamaba con mucha confianza “Gitano”, de manera muy especial recordaba cuando estrechó su mano y le abrazó en plena Avenida Hidalgo un día del año 1986 cuando arribó a la ciudad como Candidato del PRI al Gobierno del Estado.
Las conversaciones con “Checo” eran sencillas pero llenas de sabiduría, cuando se iniciaron las obras del cableado subterráneo en nuestro Centro Histórico en la década de los 80″ expresaba que Zacatecas era nuestra ciudad , para vivirla, para existir en ella y se ufanaba que tan preciado patrimonio histórico fuera conocido en todo el mundo.
Dada su afición por los toros encontró en el Licenciado Genaro y en su hermano Javier entrañables amigos que le hicieron disfrutar de cada uno de sus encuentros plenos de amistad y cariño.
Además , uno de sus sobrinos ha sido un personaje de la fiesta brava no solo en Zacatecas sino en otras partes del país, se trata del Licenciado César Ambríz Puente, hijo de Genaro y la Maestra Elma y quien siempre estuvo atento a conversar acerca del desarrollo de la Tauromaquia en nuestra patria y quien hizo posible la presencia en el hogar de Sergio del MT hidrocálido Joselito Adame a quien “Checo” le profesaba admiración al igual que a su hermano Luis David.
Sergio en vida fué un amigo leal y generoso.
Siempre lo tendré presente, sobre todo en los eventos deportivos y festejos taurinos que los disfrutó a plenitud.
¡Descanse en Paz!