

Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, | Foto: Cortersía
El político michoacano se convirtió en símbolo de resistencia frente al crimen organizado por su decisión de gobernar sin pactos.
URUAPAN, MICHOACÁN. –Carlos Alberto Manzo Rodríguez fue un político michoacano que se convirtió en símbolo de resistencia local frente al crimen organizado. Su nombre resonó más allá de su municipio por su discurso firme, su estilo directo y su decisión de gobernar sin pactos.
La noche del 1 de noviembre de 2025, mientras participaba en el Festival de las Velas, fue asesinado a balazos en pleno centro de Uruapan, en un ataque que conmocionó a todo el país.
El alcalde había denunciado amenazas y advertido públicamente que “no podía haber abrazos para los delincuentes”. Su muerte desató reclamos de justicia y dejó al descubierto la vulnerabilidad de las autoridades locales frente a los grupos criminales que dominan amplias zonas de Michoacán.
Carlos Manzo nació el 9 de mayo de 1985 en Uruapan, Michoacán. Estudió Ciencias Políticas y Gestión Pública en el ITESO (Guadalajara) y se distinguió por su carácter disciplinado y su interés por el servicio público.
En 2021 fue diputado federal por Morena en la LXV Legislatura, donde impulsó temas de seguridad y desarrollo municipal.
En 2024 rompió con el partido para competir como candidato independiente a la presidencia municipal de Uruapan. Ganó con más del 60 % de los votos, una cifra que reflejó el hartazgo ciudadano ante los partidos tradicionales. Asumió el cargo el 1 de septiembre de 2024.
Ya en el poder, Manzo implementó una política de “tolerancia cero” contra el crimen. En agosto de 2025, activó el código rojo tras la captura de un presunto jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), y desde entonces encabezó operativos locales de seguridad.
“Uruapan necesita orden, no miedo; no puede haber abrazos para los delincuentes”, declaró semanas antes de su muerte.
Su postura le ganó el respaldo de miles de habitantes, pero también lo puso en la mira de los grupos criminales. En redes sociales, muchos lo llamaban “el Bukele mexicano”, en alusión al presidente salvadoreño, por su estilo autoritario y discurso de mano dura.
El ataque ocurrió durante el Festival de las Velas, evento emblemático del Día de Muertos. Testigos relataron que hombres armados abrieron fuego directamente contra el estrado donde se encontraba el alcalde, quien murió en el lugar.
Durante su sepelio, familiares y ciudadanos gritaron “¡Fuera asesino!” al paso del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, en reclamo por la falta de resultados en materia de seguridad.
La presidenta Claudia Sheinbaum condenó el crimen y aseguró que la federación colaborará en la investigación. “No habrá impunidad”, expresó.