
Victor Alfonso Silva Reyes.
La vocación nos motiva e inspira a mejorar, a buscar siempre brindar la mejor versión de nosotros mismos en diferentes ámbitos que nos gustan.
La vocación se entiende como una expresión de la personalidad de cada individuo, especialmente en relación con el mundo del trabajo y el estudio, la cual es construida a través del tiempo; seguimos aquello que nos inspira y motiva. La vocación es una guía para la vida que permite al individuo desarrollar sus habilidades y perseguir sus intereses, alineados con su personalidad.
Ahora bien, ¿cuál es la importancia de la vocación docente dentro del aula de clase? Pues como ya vimos anteriormente, la vocación nos motiva e inspira a mejorar, a buscar siempre brindar la mejor versión de nosotros mismos en diferentes ámbitos que nos gustan. Dentro de un aula de clases es vital que el docente tenga una vocación educativa, pues los alumnos son reflejos del comportamiento observable por parte del educador, es decir, que si el maestro no tiene una buena actitud y disposición por enseñar, los alumnos no tendrán una disposición por aprender.
A lo largo de nuestra vida, todos hemos tenido docentes que tienen una enorme vocación, que se vuelven agentes de cambio dentro de la institución educativa y dejan huella en cada uno de sus alumnos, más allá del contenido académico y el dominio del mismo en las sesiones de clase, los docentes tienen una vibra diferentes que nos motiva a mejorar cada día, en entregar mejores trabajos y obtener mejores calificaciones; por ello es importante tener una vocación docente, para poder transmitir un sentimiento positivo hacia aquellos que nos están observando y poder dejar una huella o despertar el interés por la docencia por parte de nuestros alumnos.
En ocasiones creemos que nuestra única responsabilidad docente es brindar un tópico que está marcado en la planeación institucional y ya, pero no; nuestras responsabilidades con nuestros alumnos van más allá, si tú como docente no sientes alegría cuando tu grupo obtiene buenos resultados o no te preocupa que tengan malas calificaciones, quizá tu vocación está desgastada; nos debe emocionar que nuestros alumnos aprendan y mejoren día con día, porque ese es nuestro objetivo, brindarle las mejores herramientas y habilidades a cada uno de nuestros alumnos para que puedan desenvolverse en el mundo real.
Muchos de nosotros pasan más tiempo dentro de un salón de clases que en sus casas, por eso debemos dimensionar la gran tarea que tenemos como educadores, estamos formando y educando a la sociedad de mañana, un trabajo muy gratificante cuando se realiza desde la vocación.