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El recreo

Democracia contra grupocracia en la UAZ

Democracia contra grupocracia en la UAZ

José Luis Medina Lizalde.

Las constantes interrupciones de actividades y la angustia anual para pagar aguinaldos son solo los síntomas que suelen confundirse con la enfermedad.

J. Luis Medina Lizalde
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27 de octubre 2025

La UAZ tiene fortalezas y debilidades, problemas estructurales y coyunturales, rectificaciones al alcance inmediato y a mediano plazo.

491 contrataciones y promociones de categoría irregulares tan solo en el último año nos dan una idea de la acumulación de inercias autodestructivas como el evidenciado tráfico de influencias no son males recientes. La pérdida de la vida democrática es el origen.

Las constantes interrupciones de actividades y la angustia anual para pagar aguinaldos son solo los síntomas que suelen confundirse con la enfermedad.

Vivimos la época en que la que, como nunca antes, se depende de la investigación científica. innovación tecnológica y la asimilación masiva de la alfabetización digital constante.

La autonomía de las universidades no cancela la incumbencia de sociedad y estado sino un status concebido para que mejor cumplan con su responsabilidad social.

No se vislumbra en el horizonte inmediato una ley general de educación superior que fije reglas básicas para todas las instituciones que las preserven de insanos controles grupales y cacicazgos académicos.

La clase política gobernante en la entidad no tiene política de educación superior y el núcleo opositor no acostumbra hacer presencia programática, se comporta como médico que le dice al paciente qué le duele, no a qué se debe el dolor y cuál es el tratamiento.

El cambio vendrá del interior o se pospondrá peligrosamente.

La posición del SPAUAZ de demandar solamente la reparación del daño de quienes consideran atropellados sus derechos por los 491 movimientos irregulares le hace justicia a los mismos pero a la UAZ le agrava la precariedad financiera, tensando todavía más la cuerda que amenaza con reventar.

¿Hasta cuando aguanta la política de abrir hoyos para tapar hoyos? ¿Es posible detonar un proceso de autocrítica informada y colectiva sin desestabilizar la vida universitaria?

La universidad tiene figuras con grandes méritos que coinciden o discrepan con gran altura, que su inserción en la vida universitaria no depende de intereses grupales sino en sus propios méritos (Mariana Terán y José Enciso, ambos historiadores muy prestigiados), pero la fuerza motora de las grandes reformas son los estudiantes, el sector más libre de intereses creados.

Feudos fácticos

El rector carece de suficiente autoridad, mucho de lo que sucede en escuelas es ajeno a su control.

Con los años surgieron incentivos económicos para el control grupal derivados de cobros por diversos conceptos cuya cuantía es determinada por el tamaño de la unidad escolar.

Surgió la contratación y promoción de personal clientelar para perpetuar intereses grupales, dando paso a negociación de plazas, promociones, cargos administrativos etc.

Se adoptó solo en papel la estructuración por áreas (Modelo UAM) pero continuó el funcionamiento real basado en escuelas y facultades (Modelo UNAM), debido que el modelo UAM resulta inviable en una institución con edificaciones de las áreas afines distantes.  Lo que si provocó fue la multiplicación innecesaria de personal administrativo y directivo.

Se desnaturalizaron los órganos colegiados como el Consejo Universitario y los antiguos Consejos Técnicos al romperse el vínculo entre representados y representantes, haciendo de estos órganos reflejo de intereses grupales.

Los grupos no se limitan a un sector, se expanden entre estudiantes, profesores y trabajadores, lo que ha hecho de los dos sindicatos instrumentos grupales y en el caso del estudiantado, su debilidad es aún mayor debido a la pertenencia transitoria del alumnado.

Las asambleas conjuntas y por sector son formatos de deliberación y toma de decisiones en desuso.

Hoy no hay líderes ni instancias formales con capacidad de convocatoria.

Los paros los imponen unos cuantos que toman la iniciativa, colocan banderas y declaran a los medios.

Los que se oponen a los paros igualmente son incapaces de convocar a los inconformes con la suspensión de actividades.

Tomar decisiones que afectan a todos sin consultarlos se volvió rutina, la dispersión y la apatía  debilitó a la institución.

Otro fue el panorama cuando las decisiones de un sector de una escuela se tomaban en asambleas con quórum verificado y los integrantes de órganos colegiados tenían que consultar previamente el sentido de su voto en temas de enorme trascendencia.

La virtuosa democracia

La solución de los problemas estructurales de la UAZ óptima es democrática e interna, para lo cual se puede compensar la debilidad de convocatoria con la suma de esfuerzos de rector y directores, líderes sindicales y figuras de alto relieve en la comunidad universitaria como son los profesores más respetados por sus alumnos y los investigadores e intelectuales con reconocimiento en la institución

Los grupos son compatibles con la democracia si no usurpan la voluntad general, si ejercen su derecho a proponer sin adjudicarse la facultad de imponer.

La deliberación colectiva de los asuntos universitarios educa ciudadanos para la democracia de verdad.

Nos encontramos el jueves en Recreo

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