Logo Al Dialogo
juan carlos ramos leon

¿Por qué no fui a votar?

¿Por qué no fui a votar?

Juan Carlos Ramos León.

Al igual que miles de mexicanos siempre tuve claro que fue un maquiavélico plan del Poder Ejecutivo.

Juan Ramos León
|
2 de junio 2025

Le voy a explicar a usted por qué no fui a votar ayer. Y este comentario que le presento el día de hoy aquí es la forma como he tratado de explicarles a mis hijos el por qué no lo hice cuando, cada vez que se celebraban los procesos para cargos de elección popular, les había venido explicado que debemos de ir a votar, por una parte, para ejercer nuestro derecho a elegir a nuestros gobernantes y, por la otra, para cumplir con nuestra obligación de participar en estos ejercicios como ciudadanos activos y responsables.

Primero, nunca apoyé este sabotaje conocido como “la reforma al Poder Judicial”. Al igual que miles de mexicanos siempre tuve claro que fue un maquiavélico plan del Poder Ejecutivo para eliminar el único obstáculo importante que le quedaba para convertir esta república en una dictadura. Con el control del Poder Legislativo sólo les faltaba el Judicial. Otra razón por la que nunca estuve de acuerdo con esta reforma es el hecho de que, si bien ninguna institución es perfecta (gubernamental, empresarial, educativa, científica, cultural, religiosa o deportiva) y, seguramente, existía corrupción en uno o más de sus miembros, en uno o más de sus órganos, en uno o más de sus procesos, jueces, magistrados, secretarios y otros de sus integrantes son, en su mayoría, mujeres y hombres preparados y en constante actualización en lo que a leyes e impartición de justicia se refiere. El ya muy sonado ejemplo del avión para que usted me entienda: No pueden ponerse a votar los pasajeros sobre cuál de ellos lo pilotará, tiene que hacerlo quien cuente con la preparación y experiencia necesarias.

Segundo. No tenía ni idea de qué y cuántos “cargos” se elegían, ni quién se postulaba, qué formación tiene y de dónde proviene. Y honestamente admito que nunca fue de mi interés informarme por las razones expuestas en el párrafo anterior. Y sé que no soy ni el único ni el más perdido. Estoy cierto de que aquello fue más una lotería que un ejercicio democrático. Y, aunque si bien ya admití que no hubo interés de mi parte en informarme, tampoco es que hubo por parte del gobierno o de las autoridades electorales el esfuerzo suficiente en preparar al electorado. Y estoy convencido de que no se trata de una omisión involuntaria. Lo que me lleva a explicar la última razón por la que no fui a votar:

El teatro ya estaba montado. Los constructores de esta farsa ya tenían colocadas todas sus piezas en los cuadritos blancos y negros de su tablero. Lo único que pretendían era que hubiera más o menos participación para salir a los medios a decir “la elección fue un éxito”. Y yo no quise engordarles el caldo ni ir ahí a legitimar lo que considero es el abuso de poder más grande en la historia de México.

reproductor
Tik tak zac S.A. de C.V.- De no existir previa autorización por escrito, queda expresamente prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos de este portal.