
Trabajó como profesor en la Universidad de Guadalajara, labor que nunca dejó de realizar y por la cual sería ampliamente reconocido, hasta llegar a ocupar el puesto de rector en la misma Universidad.
Nació en Guadalajara, Jalisco, el 17 de febrero de 1912, sus padres fueron el comerciante Juan Bautista Matute Ril y la señora Concepción Remus Madrid. Durante su infancia y juventud cursó sus estudios en el Colegio Luis Silva ubicado en el Centro Histórico de Guadalajara; donde se formó con los valores y conocimientos que lo caracterizaban, en la actualidad este colegio sigue funcionando y se le rinde homenaje junto con otros exalumnos importantes cada año como parte de las fiestas de aniversario.
Estudió en la Universidad de Guadalajara, se graduó como Ingeniero en 1933, se tituló el 20 de agosto de 1935 con la tesis “Puente sobre el río Coy”, que trata acerca de su construcción, obteniendo así la máxima calificación de aquella época.
Trabajó como profesor en la Universidad de Guadalajara, labor que nunca dejó de realizar y por la cual sería ampliamente reconocido, hasta llegar a ocupar el puesto de rector en la misma Universidad en el periodo de 1949 a 1953. En su trayecto como rector logró que los estudiantes de todo el estado pudieran tener acceso a la Universidad de Guadalajara, ya que anteriormente el ingreso se encontraba reservado únicamente para las escuelas públicas de Jalisco. Durante su estancia en la rectoría se marcó una época de crecimiento, orden, modernización y mejora, se crearon nuevas carreras y se nombraron profesores e investigadores de tiempo completo; en su gestión como rector se inauguró la escuela de Arquitectura.
Sin duda, la obra que más le ayudó a trascender fue la destacada reubicación del edificio de Teléfonos de México, ubicado en la avenida Juárez en el centro de Guadalajara. El ingeniero Matute Remus con un excelente equipo de colaboradores y trabajadores iniciaron la titánica labor de mover el edificio con un peso aproximado de 1700 toneladas, moviéndolo casi 12 metros de su posición original, permitiendo así la unión de las calle Juárez y la avenida Vallarta. Durante los días en que se realizó el desplazamiento, el personal de la telefonía que trabajaba dentro del edificio siguió laborando de manera normal atendiendo llamadas como un día cualquiera, sin siquiera percibir el movimiento que bajo el edificio se realizaba. El ingeniero Matute estaba tan seguro del proyecto que le pidió a su esposa y a su hijo de 7 años permanecer dentro del edificio cuando se realizaban las maniobras para darles seguridad a los trabajadores que asistían a diario a laborar dentro del edificio. La obra se inició en mayo de 1950 y concluyó en noviembre del mismo año, con un costo de un millón de pesos. En sí el movimiento del edificio se realizó en cinco días. Una estatua del ingeniero Matute Remus, empujando con una mano el edificio y con la otra sosteniendo una regla de cálculo nos recuerda su proeza.