

En los últimos años estudios científicos han iniciado investigaciones para considerar el sueño como un objeto de estudio muy serio..
Durante mucho tiempo los sueños se consideraron como un fenómeno marginal, casi esotérico; seres humanos capaces de darse cuenta de lo que estaban soñando y en algunos casos, influir en lo que ocurría dentro de sus sueños. Sin embargo, en los últimos años estudios científicos han iniciado investigaciones para considerar el sueño como un objeto de estudio muy serio. Nuevos procedimientos de estimulación cerebral, neuroimagen y comunicación bidireccional con personas soñando han revelado que los sueños lúcidos no solamente son reales, sino que abren una puerta inesperada al funcionamiento de la conciencia.
En 2021 se efectúo el primer experimento internacional que logró establecer comunicación en tiempo real con soñadores lúcidos. Los científicos proporcionaron señales luminosas o acústicas durante el sueño REM, y los soñadores —aún dormidos— respondieron con movimientos oculares codificados (como “izquierda-derecha-izquierda” para decir “si”). Con este experimento, los investigadores pudieron realizar preguntas y recibir respuestas mientras el soñador se encontraba soñando.
Hoy en día, varios resultados científicos han alcanzado notables mejorías al emplear esta técnica. Se ha logrado distinguir entre distintas emociones del sueño, obtener respuestas numéricas sencillas e incluso solicitarle al soñador que realice operaciones mentales dentro del sueño. Este tipo de transformación con el soñador transformó la idea tradicional de que el sueño es un estado totalmente aislado.
El área de nuestra corteza cerebral que se relaciona con el pensamiento analítico, el control y el sentido del yo, durante el sueño se encuentra parcialmente desconectada; por ese motivo nuestros sueños son extraños, ilógicos y muy difíciles de recordar.
En un sueño lúcido, por el contrario, está zona del cerebro muestra un patrón más parecido al estado de vigilia; no está totalmente despierta, pero si lo suficiente como para que la persona reconozca que está soñando, mantenga una forma de autoconciencia y tome decisiones dentro del sueño; es como si nuestro cerebro recuperara una parte de su sistema de vigilancia mientras que se encuentra inmerso en la narrativa onírica.
El estudio del sueño lúcido se volvió un tema de actualidad porque el sueño ya no se estudia solo por curiosidad. Hoy se investigan por tres posibles aplicaciones: