
Saúl Monreal Ávila, docente de la Unidad Académica de Derecho de la UAZ.
La comunidad universitaria demanda eficiencia en el manejo de los recursos, transparencia en las decisiones y, sobre todo, un liderazgo incluyente que coloque al estudiante en el centro de la vida institucional.
Amigas y amigos que siguen este espacio de opinión, como ustedes saben, yo soy un orgulloso catedrático de la Universidad Autónoma de Zacatecas, hace unos días recibimos con especial atención el mensaje de toma de protesta del nuevo rector, el Doctor Ángel Román, escuchar sus palabras no fue un acto menor, pues reflejó claridad en el diagnóstico y un compromiso explícito de emprender un proyecto que fortalezca a nuestra máxima casa de estudios, se advierte, en su discurso, la convicción de que la UAZ puede y debe encaminarse hacia un futuro de mayor solidez académica, financiera y social.
Los retos que el rector enfrentará son múltiples y complejos, la universidad no es únicamente un centro de formación profesional, sino un espacio de movilidad social, de producción científica y de identidad cultural, los problemas estructurales, financieros y administrativos no son nuevos, pero exigen respuestas nuevas, a eso se comprometió.
La comunidad universitaria demanda eficiencia en el manejo de los recursos, transparencia en las decisiones y, sobre todo, un liderazgo incluyente que coloque al estudiante en el centro de la vida institucional.
Es indudable que la expectativa es alta, si el rector logra cumplir con sus compromisos, la UAZ podrá emprender un proyecto digno de ser ejemplo nacional; pero si no lo hace, corre el riesgo de cargar con un lastre que podría comprometer la credibilidad de su gestión y, peor aún, frenar el potencial de generaciones enteras, la universidad está en la encrucijada de avanzar con visión y unidad o quedarse atrás cada vez más.
El llamado, entonces, es a la entrega plena, dirigir la UAZ no es una tarea fácil, y mucho menos cómoda, requiere sensibilidad política, capacidad de diálogo y un profundo respeto por la autonomía universitaria, la voz de los docentes, los estudiantes y los trabajadores debe ser escuchada siempre, pues solo así se podrá construir una ruta compartida.
Hoy, la Universidad Autónoma de Zacatecas tiene en sus manos la posibilidad de transformarse en una institución aún más sólida, capaz de responder a los retos del siglo XXI. En este camino la UAZ cuenta con un servidor, como catedrático y como senador, para apoyar en todo lo que contribuya a su fortalecimiento.
El compromiso con nuestra alma mater es permanente, porque en ella reside no solo nuestro presente, sino el futuro de Zacatecas.