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¿Qué hay de nuevo?

En las canchas y en la política se busca ganar

En las canchas y en la política se busca ganar

Miguel Varela visita a Vicente Fox. | Foto: Captura de pantalla.

Toluca llega con el orden de un proyecto bien armado; Tigres, con la experiencia de un plantel que sabe sobrevivir a cualquier marcador.

Caballero sin corbata
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8 de diciembre 2025

En un país donde el fútbol nos da certezas y la política nos da… entretenimiento involuntario, la semana se convirtió en una mezcla deliciosa de finales, ferias, visitas incómodas y celebraciones que parecen diseñadas por un guionista con demasiado tiempo libre. Mientras Toluca y Tigres se preparan para disputar la gran final del fútbol mexicano con seriedad, táctica y algo tan exótico para nuestros gobernantes como el “trabajo en equipo”, la vida pública sigue en su propio torneo irregular, lleno de faltas tácticas, reclamos al árbitro y jugadores que juran que el pasto está mal.
Toluca llega con el orden de un proyecto bien armado; Tigres, con la experiencia de un plantel que sabe sobrevivir a cualquier marcador. En cambio, la política local todavía anda viendo si pone defensa, si juega al contragolpe o si de plano mejor toca hacia atrás para que pase el tiempo. Mientras los equipos entrenan doble sesión para llegar a punto, acá las sesiones que se multiplican son las de fotos, declaraciones y frases que suenan a promesa pero saben a repetición.
Y qué decir de Cruz Azul y Flamengo en la Copa Intercontinental, un partido que emociona a cualquiera porque siempre está esa duda: ¿será esta la vez en que Cruz Azul no sufra un milagro inverso al minuto 93? Con esa misma incertidumbre, Miguel Varela decidió visitar a Vicente Fox, como quien busca inspiración en un viejo manual táctico que ya no se imprime pero todavía circula entre los nostálgicos. No queda claro si fue una reunión estratégica, una consulta espiritual o simplemente el equivalente político a juntarse con el comentarista más ruidoso del panel, pero la foto quedó. Y en este juego, a veces la foto pesa más que los resultados.
Mientras en las canchas se busca ganar, en la política se busca que parezca que se está ganando.
La Feria de Guadalupe, por su parte, demuestra que cuando algo se organiza bien, la gente responde mejor que en cualquier encuesta. La asistencia ha sido excelente, la convivencia fluye y el ambiente tiene más orden que más de una oficina pública en hora pico. La feria no necesita discursos, ni boletines, ni voceros aclarando lo que se dijo y lo que en realidad se quiso decir. No: llega, funciona, entretiene y la gente se va contenta. Un concepto revolucionario para ciertos actores públicos que creen que el éxito depende de cuántas veces repitan la misma frase en distinta entrevista.
Y mientras la feria corre con alegría, en Estados Unidos la NFL prepara sus playoffs con esa eficiencia que provoca una mezcla de admiración y envidia. Cada equipo sabe qué necesita, quién juega, quién no, qué reglas aplican y qué decisiones se revisan. Aquí, en cambio, cuando se revisa algo normalmente es para confirmar lo mismo, pero con más vueltas y menos claridad. Allá la repetición instantánea decide jugadas; aquí la repetición permanente de discursos decide narrativas.
A todo esto, el gobernador David Monreal viajó a México para celebrar los siete años del inicio de la Cuarta Transformación. Siete años ya, que en términos deportivos equivalen a una generación completa de jugadores que debutan, brillan, se lesionan, se rehabilitan, ganan un título y hasta se retiran. Y sin embargo, en lo político, seguimos en “fase de consolidación”, que más bien suena a “ya merito, espérenos tantito más”. Mientras la NFL organiza sus playoffs con precisión quirúrgica, aquí organizamos celebraciones que se sienten como un torneo con reglas que se explican sobre la marcha.
Así, entre finales emocionantes, ferias que sí funcionan, visitas que generan más preguntas que respuestas y aniversarios que se celebran como si todo estuviera ya resuelto, esta semana confirma lo de siempre: en el deporte se compite para ganar; en la política, para no perder la conversación. En la cancha hay estrategias, planteles, marcadores y tiempos definidos. En la política, estrategias improvisadas, planteles rotativos, marcadores invisibles y tiempos que se miden según la conveniencia.
Por eso, si de verdad quieres emoción, mira la final del futbol. Si quieres organización, sigue los playoffs de la NFL. Y si quieres un espectáculo donde todo es posible, menos admitir un error, entonces síguele la pista a la política. Ahí siempre habrá algo nuevo, aunque no necesariamente mejor.

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